Lewis rumbo a su quinta corona. Un toque con Vettel en el primer giro y el alemán rueda hasta la cola. El inglés espera agazapado; astuto, y rebasa a Raikkonen; se impone así, con más de 8 segundos. Les receta una amarga medicina, a domicilio

Una cosa es perder y otra muy diferente que el rival sea quien hace añicos a los favoritos.

Los dos autos de Ferrari arrancaban en la punta. Sin duda, los del equipo colorado contaban con los mejores recursos. El público los vitoreaba enfebrecido. En suma: la mesa estaba servida para que Sebastian Vettel superara a Lewis Hamilton de Mercedes en “el suelo sagrado de Monza” y cerrara así, las distancias en su disputa por el cetro del mundo.

Faltaba coronar la verdad con una función impecable.

El contrincante no se los permitió.

Lewis ha vuelto a poner en claro que es un piloto más completo. Audaz, pícaro y a veces cauteloso, hasta dar el zarpazo decisivo. Contundente.

En pocos instantes después de la largada, el británico ya había provocado al alemán para que cayera en el error. Un toque impiadoso que hizo que el de Ferrari diera un trompo y saliera a Pits sin trompa. Luego, desde el último sitio Vettel haría una remontada hasta el cuarto lugar; que de poco le sirvió. Aunque es cierto, pudo haber sido peor.

Faltaba lo más difícil: derrotar al segundo corredor de Ferrari: Kimi Raikkonen. Cosa de calma, argucia y trabajo de conjunto. En Mercedes se pintan solos para ello.

Valtteri Bottas realizó por nota el juego a la defensiva, atorando hasta lo indecible a Kimi; siempre dentro del terreno de la legalidad. Y a poco… …La finta.

Trabajo de lujo en el muro alemán: fingían como que cambiaban las ruedas a Hamilton, pero no. Y vuelven a caer redonditos los italianos en la simulación. Qué increíble, porque esa treta, ya se las habían jugado en las narices antes.

La estrategia funcionó y las Pirelli fueron más bien usufructuadas por los de Mercedes (porque estaban en mejores condiciones) de modo que Hamilton aplastó a Raikkonen en la pista –a la altura del 45º giro– para terminar, derrotándolo, con zanja de 8.705 segundos; subido en un carro poquito más lento. Pero mucho mejor guiado.

DEL PLATO A LA BOCA, SE CAE LA SOPA

El festín preparado en tierra lombarda para celebrar a su equipo, se derrumbó.

Lewis Hamilton les echó una cubeta de agua en la maceta. Y no hubo otra, que pitarle…

¿Ya para qué hacer la mohína ante tan claro triunfo del enemigo? ¿Racismo irracional en vez de reconocimiento por el otro?

La latinidad confrontada, otra vez, por la aparente frialdad de los sajones.

Lewis uno. Kimi, dos. Tercero en la pista: Max Verstappen de Red Bull, pero castigado con 5 segundos, por juego peligroso sin necesidad: y cayó al quinto puesto dejando el tercer escalón del podio a Bottas –silencioso, pero que ha sido clave en el resultado– y todavía, un lugar de consolación para Vettel, que quedó cuarto.

Completan el tándem de los diez mejores: Romain Grosjean de Haas; Esteban Ocon y Sergio Pérez con los Racing Point-Force India; Carlos Sainz, en uno de los Renault y, de milagro: Lance Stroll a bordo del convaleciente Williams.

NO LO DIGA A NADIE

Tras bambalinas se hablaba de que Raikkonen, está a punto de salir de Ferrari para que llegue en su lugar, el de Mónaco Charles Leclerc. Almas cándidas preguntan sino debería de salir mejor Vettel o quizás Maurizio Arrivabene, para echarle menos estilo a la cosa, y mayor rotundidad.

Bueno. El caso es, que Hamilton se despega en la pugna por la corona –en esta fecha que tal vez ha sido axial– está ahora, 30 puntos por encima de su enemigo.

Se puede ver que el torneo mundial está subido en un bimbalete: las emociones van para arriba y van para abajo. Un fin de semana, ríen los seguidores de uno de los candidatos al triunfo y en el siguiente en el que hay carreras: lloran.

A la postre, se impondrá aquel que no cometa el error al último.

Por lo mismo: está bien prendida la esperanza de que el domingo 28 de octubre, en México, venga a encontrarse la solución del aserto y salga de aquí, el próximo pentacampeón del mundo.

Usted, deberá estar entonces en el Autódromo Hermanos Rodríguez para dar testimonio fehaciente de ello.

Estatuto en el torneo mundial.