Cuando la última carrera cierra el calendario y el paddock por fin exhala, los pilotos de Formula 1 entran en un modo distinto: descansar, redefinir rutinas y encontrar nuevas fuentes de adrenalina lejos del volante. El invierno es una ventana breve pero reveladora, donde cada uno expresa su personalidad sin el ruido de los motores. Desde montañas nevadas hasta retiros silenciosos, estas son las cinco actividades invernales favoritas de los pilotos.
La nieve es el escenario perfecto para muchos. El esquí se ha convertido casi en una extensión natural de su necesidad por la velocidad. Fernando Alonso suele refugiarse en las Dolomitas, donde cambia el monoplaza por pendientes que exigen técnica y control. Pierre Gasly y Esteban Ocon, en cambio, prefieren los Alpes, destino que comparten con su círculo más cercano y que se ha vuelto parte de su ritual anual. Para estos pilotos, el invierno no es descanso: es adrenalina en otra forma.

Crédito: Instagram de Fernando Alonso
Otros prefieren lo contrario: escaparse del frío. Durante el fin de semana del FORMULA 1 GRAN PREMIO DE LA CIUDAD DE MÉXICO presentado por Heineken, Charles Leclerc confesó que México es su refugio ideal. Las playas, el sol y la comida se han convertido en su receta personal para descomprimir después de una temporada agotadora. El monegasco ve el invierno como un momento para recargarse de vitalidad, lejos de las temperaturas extremas y de la intensidad del calendario.

Crédito: Instagram de Charles Leclerc
Pero la temporada baja también invita a la introspección. Lewis Hamilton y Max Verstappen, cada uno desde su estilo, suelen desconectarse de redes sociales para recuperar privacidad y equilibrio. Buscan lugares donde puedan reconectar con la naturaleza, pasar tiempo con sus familias y respirar lejos del escrutinio mediático. Es un reset necesario en un deporte que exige inmediatez constante.

Crédito: Instagram de Max Verstappen
El invierno también marca el inicio silencioso de la preparación física para la siguiente temporada. Muchos pilotos viajan a zonas de montaña y de alta altitud, donde entrenan ciclismo, trail running y sesiones de resistencia diseñadas para llevar el cuerpo al límite. Valtteri Bottas es uno de los ejemplos más visibles, recorriendo kilómetros en bicicleta sobre nieve y apostando por el frío como parte de su programa de alto rendimiento. La montaña, en este caso, es menos paisaje y más gimnasio.

Crédito: Instagram de Valtteri Bottas
Y para aquellos que no pueden imaginar un descanso lejos del volante, existen los road trips invernales. Marcas como Ferrari, Mercedes-AMG o Alpine organizan cursos de manejo sobre hielo, donde los pilotos perfeccionan el control del vehículo en superficies congeladas. Muchos aprovechan para convertir estas experiencias en viajes con amigos o familia, explorando rutas alpinas y disfrutando del placer de conducir sin cronómetros ni telemetría. El año pasado, por ejemplo, George Russell disfrutó de una experiencia AMG sobre hielo acompañado de su pareja Carmen Montero Mundt. Es el automovilismo en su forma más pura: libertad, técnica y paisajes que parecen sacados de una postal.

Crédito: Instagram George Russell
Entre adrenalina, sol, silencio y velocidad, el invierno revela una faceta distinta de los pilotos de Formula 1. Un recordatorio de que, incluso lejos de las pistas, su vida sigue moviéndose a toda velocidad, pero con una energía distinta: la de recargar para volver a empezar.