• Lewis Hamilton campeón del mundo en la Fórmula 1 por quinta ocasión.
  Su segunda asunción al trono es en tierra mexicana. Por lo demás, la carrera la gana Verstappen de Red Bull

Max Verstappen con su RB-14 repite la hazaña y vuelve a ganar un Gran Premio de México tal como lo hizo en el año previo. Segundo lugar y tercero han sido para Ferrari con Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen, cual premios de consolación.

Cuarto en mirar la bandera de meta, Lewis Hamilton quien da la nota, ya que se hace con su quinta corona de monarca mundial en la velocidad suprema.

Algo que pasa cada vez que llueve en Sayula y que es capaz de que no volvamos a ver jamás.

Ocurrió igual en 1957 cuando lo pudo cuajar así el fenómeno argentino Juan Manuel Fangio a bordo de un bellísimo Maserati. Eso, que se volvió a vivir en el año 2002 gracias a la brutal era dominante del Káiser, Michael Schumacher y sus Ferrari.

En el aquí y el ahora le toca signar el portento a un timón francamente de otro mundo.

Hijo de un migrante, de raza negra, lleno de tatuajes, con sus aretes y sus piercings, sumado a ese su gusto infinito por el vacilón: de manera que, ni quien creyera que iría a subir al olimpo de los más grandes deportistas de siempre; pero en el ámbito del arte tecnológico más lleno de glamour.

Hamilton es un grandísimo campeón porque por encima de todo lo demás, ha sabido superar a su naturaleza.

Y con escandalosa claridad, ha leído con toda sabiduría lo que había que hacer carrera por carrera en esta campaña; ver con claridad lo que le demandaba cada etapa del campeonato; entender a la perfección lo que ocurría en la marcha al ir en la busca del trono y, lo que anhelaba su vida entera porque tenía que devolver el talento natural que lo satura.

Más temprano que tarde se valorará su epopeya, porque es grandiosa.

Se trata de un héroe cabal de la competición.

Lo que da la medida de su proeza, es el tamaño y el peso de sus rivales.

En una carrera como la de hoy, ha sido palpable que él manejaba el tercer coche en potencia y velocidad. Los Red Bull estaban en serio feroces y Ferrari, ya había dejado ver desde hace meses, que era el mejor auto del año. Tanto, que hasta para que ganara Kimi Raikkonen han dado.

HUMILDAD EN LA VICTORIA, GRACIA EN LA DERROTA

Es bien cierta la importancia y la grandeza que señala Sebastian Vettel (con cuatro campeonatos a su nombre) ya que deja ver lo fenomenal de Lewis: basta con poner atención a la manera en la cual el alemán, con lujo de caballerosidad y deportivismo, felicitó a su enemigo.

Sí. Ha dicho lacónico: “No fui bueno lo suficiente para ganarte”.

Esto es, que el británico sí que lo ha sido.

Lewis Carl Davidson Hamilton. Tewin (Hertfordshire) Inglaterra. 7 de enero de 1985. Ya tenía su lugar garantizado en la historia universal del automovilismo y este domingo en el Autódromo Hermanos Rodríguez de México: añadió un capítulo aún más brillante a su desempeño como racer, que es de verdad impresionante.

Vamos a ver hasta dónde es que llega.