PÓKER DE ASES DE VETTEL

• Sobre un cavallino rosso a plenitud, Sebastian, cuatro veces campeón mundial: clava su cuarta pole de la temporada. Llega ya a cuatro en Montreal. Y rompe un ayuno en Maranello, de 17 años sin largar, siendo los primeros en un GP de Canadá

Lo dicho hasta la obsesión, cuando Ferrari anda bien la Fórmula 1 luce su mayor guapura y se vuelve la más deseable.

Son días en los cuales los “tifosos” dejan detrás de sí la pereza y se abren al camino para el ensueño. Y los anhelos…

Como de ensueño ha sido la vuelta magistral en la que condujo el piloto alemán Sebastian Vettel a su Ferrari colorado “SF-71H”.

Un avión de combate que ahora sí está bien filoso, y parece que lo han puesto como para enfrentar a todo lo que venga.

Va a ser fabuloso si no resulta ser la flor de un día.

Sí. Así será. Ha de ser soberbio y provocador si gana mañana y enfrenta hasta el fin del curso a los de Mercedes, al tú por tú. Porque hemos de ver a las madres de todas las batallas, más de una vez, contra un Lewis Hamilton enchilado que también va a sacar lo mejor de su repertorio.

No está de más señalar que los terceros en importancia, esto es los de Red Bull, también saben cómo cantar las rancheras y eso, promete que habrá unos agarrones en las pistas, de escándalo.

Daniel Ricciardo y Max Verstappen tienen hambre de triunfo y tal condición es muy prometedora. Entonces, hasta los fríos fineses Valtteri Bottas y Kimi Raikkonen le tendrán que entrar a las grescas con todo lo que tengan a su alcance.

Sería fabuloso que la temporada deviniera en lo que la afición está esperando: las luchas entre verdaderos titanes y no, vaciladas. Para eso, se necesitan cabalgaduras al pelo.

Yéndonos por partes:

Q 1

La primera manga comenzó con una imagen inusitada: el Haas de Romain Grosjean con unidad de potencia Ferrari, fumando como loco apenas al salir de su Pit. La humareda apabullante, según dijeron sus mecánicos, no ha sido porque el motor tronó; sino por un vaciamiento súbito de aceite que se sublimó al entrar en contacto con las superficies al rojo vivo. El asunto ha sido que el francés, quedó KO en el acto.

Todos alborotados saltaron al asfalto con neumáticos color de rosa “híper-blandos”, para cruzar las primeras estocadas.

Vettel daba cartas, seguido muy de cerca por Raikkonen. De pronto, Kimi acelera y clava un mejor tiempo. El alemán aún con el mismo set de gomas, quedaba un poco rezagado.

Verstappen sacudido, marcaba un parcial de lujo en el primer sector. Al final de su recorrido, sólo le alcanzó para ser el cuarto, porque le madrugó también Bottas.

A Hamilton que iba muy templado, se le espantaba el coche cuando acometía las chicanas y por más que se esforzó: tan sólo quedó en el quinto puesto; pero mejor que Ricciardo, que también repelaba echando su sota de bastos.

Luego de 300 Grandes Premios de experiencia, lo cual ni parecía un argumento suficiente para andar entre lobos, de manera que Fernando Alonso, apenas in extremis se metió entre los quince mejores, siendo el decimocuarto; poco mejor que su colega en McLaren, Stoffel Vandoorne.

Se quedan varados aquí, con vergüenza ajena y propia, el par de corredores de Williams.

El de la casi-cola, sin embargo, es Marcus Ericsson de Alfa Romeo-Sauber que sigue sin encontrarla; dio un beso a uno de los muros y por poco causa una tragedia al pasarle muy cerquita al Red Bull del australiano Daniel R. El sueco venía bobeando.

Tampoco Pierre Gasly de Toro Rosso supera el corte y como el último, queda anotado Romain, por lo ya contado antes.

Eliminados en la Q 1

Q 2

Para dar comienzo a la segunda intervención tanto los de Mercedes como los de Ferrari, rodaron en sus primeros giros con neumáticos ultra-blandos; ya que el reglamento dicta que, para largar en la carrera, se lo debe hacer con aquellos cauchos que hayan sido los más rápidos de esta segunda manga. Por razones de estrategias, según esto…

Vettel y Raikkonen empiezan echando tiros y resultan ser los más veloces; a poco, los supera un inesperado Valtteri que da una vuelta de gran maestro. Hamilton quiere, pero se muestra incapaz y de nuevo, es el cuarto en la cuestión.

Los tácticos de Red Bull van con otra apuesta e insisten con los “híper”. Daniel corre a buen ritmo, pero le falta ese no sé qué y queda el sexto ¿Por qué? porque su compañero de establo anda que no cree en nadie y se trepa marcando el mejor crono de la tarde (hasta ahora).

Las graderías entran en ebullición.

Hay otra tanda de giros con una última intención y mientras tanto los de Ferrari como los de Mercedes, se la llevan leve: no así Ricciardo, que da un vueltón de pánico y, rompe el récord que toma recorrer el perímetro del Gilles Villeneuve. Adió.

El nuevo registro es de 71.434 segundos (0.038s más económico de lo que pudo hacer Max) y hasta parecen los elegidos estos señores de RB-Aston Martin.

Si bien, los McLaren superaron de panzazo el primer trámite, ahora, bailaron samba de las rudas: y quedan out, los dos.

En mala hora, porque hoy se celebraban los cincuenta años en los que fue la primera victoria de Bruce McLaren con un coche bajo su nombre, en el GP de Bélgica de 1968.

Aquella tarde el piloto mexicano Pedro Rodríguez, fue segundo en el podio; lo había logrado con las riendas de su BRM bien tensas. Como los meros machos.

Eliminados en la Q 2

Q 3

Es la hora de la verdad… A fuercitas: todos brincan al trazado con los zapatos de color de rosa.

Y hasta el más modoso de los seis mejores del año, pela los colmillos: es Bottas quien baja del minuto con 11 segundos en su lap furiosa. Y desbarata con un garnucho lo que con tanta bravura pudieron fincar los del búfalo rojo.

Si de rojo se trata. Va por delante el rojo enrojecido de la sangre ¿cómo no? Un Ferrari: y de esta suerte robándole al tiempo 0.81 de un segundo, Vettel se desmarca –de modo provisional– como el pole man de esta tarde.

Kimi es el tercero.

En el Box de Mercedes no lo pueden creer. El fragor está encendido: se tiran a matar y aun así, los Red Bull no pasan de ser cuarto y sexto, con Hamilton, interpuesto.

Pero calma. Que no ha sido más, que la primera de las luchas.

Falta lo que se pueda hacer cuando a las manecillas de los Rolex les quedan poco más de tres minutos de vida.

Al todo, por el todo: Hamilton le pisa durísimo, pero cae con la misma piedra y en la chicana que ya le impidió antes, en la Q2, dar prueba contundente de su superioridad, vuelve a dar un amarrón de frenos y pierde un tiempo infinitesimal y al mismo tiempo, muy cruel: no puede superar a Kimi, ni a Valtteri.

Peor aún, ya que Sebastian Vettel todavía refina un giro más veloz para consolidar lo que iba a perpetrar desvergonzado.

En plan de genio el alemán, deja establecido el registro de setenta segundos con 764 milésimas para una vuelta, algo nunca visto en los cuarenta años recientes del circuito con ese nombre heroico: Gilles Villeneuve.

Los diez mejores

Se dice fácil, pero ha sido una épica que acaba con ese ayuno angustioso de Ferrari que tomó 17 años en su cruel espera.

Así es: desde el sábado 10 de junio de 2001, con marca de 1m 15.782s impuesta por Michael Schumacher, a bordo del Ferrari F-2001 de tres litros, con arquitectura en V de 10 cilindros y, con gomas de Bridgestone no se hacía el prodigio colorado en Montreal.

Había muchas alternativas posibles y aconteció la más apetitosa. Le gana la partida a Bottas (o sea a Mercedes) y se zumba al niño prodigio Max Verstappen que hizo la limpia en los tres ensayos libres. Hamilton no le vio ni las luces.

Mañana habrá una largada de fantasía en la isla de Notre Dame de la que se espera un gran remate de los coches rojos. Vettel uno. Raikkonen cinco.

Entre ellos en la parrilla se van a formar: Bottas, Max y Lewis. Enseguida Daniel.

Del séptimo al décimo, con mucho honor: Nico Hulkenberg con su Renault; Esteban Ocon con uno de los Force India; Carlos Sainz en otro de los coches franceses y, Sergio Pérez el compañero de Ocon.

Va a ser una carrera buenísima que no es, sino el preludio de lo que verán los aficionados mexicanos en el Autódromo Hermanos Rodríguez en octubre. Que cada día está más cerca.