Desde 1986 a la fecha. Todas las carreras en una sóla pista pequeña y complicada. Pero amable.

EL HÚNGARO-RING

Situado a veinte kilómetros hacia el norte de la capital de Hungría.

Nació con el estigma de ser efímero; esto, por parecer una pista para Go-karts. El “torniquete” con una sola recta y no tan larga –la de los boxes– en donde está la tribuna principal.

Ha coincidido que fue la única carrera en un país del Este y después, porque ha habido competiciones muy interesantes sobre su asfalto debido a la problemática que implica resolver lo revirado y angosto de esta trayectoria.

Con un piso lleno de polvo en las primeras sesiones.

Total que, Ayrton Senna, después Michael Schumacher y finalmente Lewis Hamilton: le dieron certificado de validez y una autenticidad inmejorable, al repetir en sus victorias.

Una dura prueba para los autos y un quebradero de cabeza para los ingenieros.

COSAS

En la década de los años ochenta del siglo pasado ya empezaba a verse muy oxidada “La Cortina de Hierro” que separaba a los países en la órbita rusa, del resto del mundo. Hungría fue precoz y ya un año antes aseguraba Bernie Ecclestone que habría un GP cerca de Budapest. Y sí. Lo hubo.

La ciudad parecía una capital soviética, aparte de su bello clasisismo en las márgenes de El Danubio.

Se pensó que sería cosa de una o dos carreras en su circuito Mickey Mouse. La sorpresa es que ha durado y ya llega pronto a su carrera número 33. El aficionado ya quiere este GP como uno más en Europa.

Se adaptó y se adoptó.

GRANDES PREMIOS HÚNGAROS