Cada integrante de Formula 1 conoce y acepta el riesgo de lo que significa subir a un monoplaza, una de las decisiones más valientes que existen en el deporte.
En una competencia de alta velocidad donde se requiere completa atención en cada metro disputado, los accidentes son algo común, pero lo que lamentablemente no es algo habitual de ver, son los regresos triunfales. Aquí 3 casos de héroes que sufrieron choques para helar la sangre, pero que dejaron al público con la piel de gallina tras sobreponerse a ellos.
Niki Lauda, el más famoso de todos
Inspirador, ese es uno de los muchos adjetivos que se merece el austriaco, toda una leyenda del automovilismo que para 1976 ya contaba con un campeonato mundial, pero se topó con un duro imprevisto en su camino para recolectar más.
Fue en Nürburgring donde el de Ferrari se encontró muy de cerca con la muerte. A pesar de pedir la cancelación de la carrera a causa de la lluvia, el competidor fue ignorado, y en la segunda vuelta perdió el control de su 312T2, impactando contra un muro y rebotando de nuevo hacia la pista.
El coche ardió de inmediato, y Lauda quedó atrapado por los cinturones, necesitando la ayuda de colegas como Arturo Merzario, Guy Edwards, Brett Lunger y Harald Ertl para salir.
La imagen fue dramática, y todo el mundo pensó lo peor. Con quemaduras profundas en diversas partes del cuerpo y los pulmones colapsados por inhalar gases tóxicos, el accidentado fue llevado al hospital, donde inclusive pidió la extrema unción.
Permaneció en coma varios días debido a las infecciones, perdió parte de la oreja derecha y el cabello, obtuvo numerosas cicatrices como recordatorio de su dolor, pero al final, contra todo pronóstico, salió del hospital y en apenas 6 semanas volvió a correr durante el Gran Premio de Monza, acabando en cuarto.
Éste fue el mayor ejemplo de que lo que no te mata te fortalece, pues lejos de acabar su carrera, este hombre de hierro se coronó dos veces más, convirtiéndose en una de las figuras más grandes del deporte motor.

Michael Schumacher se sobrepuso a una fractura en la pierna
Uno de los muchos capítulos escritos en el legendario circuito de Silverstone ocurrió el 11 de julio de 1999, cuando Michael Schumacher, gran favorito a campeonar con Ferrari y terminar una sequía de 20 años por parte de los italianos, se topó literalmente con una barrera.
Las malas señales se dieron desde el comienzo. En la primera vuelta el auto de Jacques Villeneuve quedó parado en la parrilla y se tuvo que realizar una nueva salida, donde el vehículo del teutón sufrió una falla en los frenos traseros durante la compleja curva Stowe.
A 200 kilómetros por hora, Schumacher se salió de la pista e impactó violentamente contra las barreras de neumáticos, que destrozaron la parte frontal de su monoplaza.
De inmediato logró salir y fue llevado al hospital para que lo atendieran de una fractura de tibia y peroné que truncó su brillante temporada.
El esperado retorno se dio hasta el Gran Premio de Malasia, la penúltima carrera de una temporada que ya no podría ganar individualmente, aunque los del caballo sí tenían oportunidad de disputar el título de constructores.
Michael tuvo un desempeño espectacular para auxiliarlos con dicho fin al sumar puntos vitales tras finalizar segundo, resultado que repitió a la carrera siguiente, asegurando el trofeo de equipos.
No es por quitarle méritos a Mika Hakkinen, el ganador de dicha temporada con McLaren, pero es inevitable pensar qué habría ocurrido de no ser por esa lesión, ya que de inmediato comenzó la era dorada del alemán, ganador indiscutible desde el 2000 hasta el 2004.

Robert Kubica lo hizo dos veces
Hablando de los “hubiera”, hay que darse un tiempo para recordar a Robert Kubica, el nombre menos famoso en esta lista, pero sin duda el más milagroso, ya que fue quien más batalló para volver luego de sufrir un par de lesiones en momentos complicados.
Con menos de dos temporadas en Formula 1 a bordo de Sauber, el polaco destrozó su BMW contra un muro a más de 230 kilómetros por hora en 2007, cuando recorría el Circuito Gilles Villeneuve en Montreal.
Todo sucedió en la vuelta 27, luego de un contacto con Jarno Trulli que desestabilizó su vehículo, disparado hacia la parte derecha de la pista antes de golpear un bordillo que lo catapultó contra un muro interior de cemento.
El auto quedó destrozado. Como si no pudiera ser más aparatoso, rebotó y salió volando de la pista, dando vueltas hasta deslizarse de costado, una pérdida total que hacía pensar lo peor, pero del que milagrosamente Kubica salió sólo con una torcedura en el tobillo derecho, y una ligera conmoción cerebral.
Éste fue uno de los accidentes más violentos que se tengan documentados en F1, y por precaución la FIA no le permitió correr en la siguiente fecha, abriendo la puerta al debut, nada menos que de Sebastián Vettel.
Su regreso se daría hasta el Gran Premio de Francia, y un año después, Robert ganaría su única carrera, precisamente en Canadá, recorriendo el mismo camino donde poco antes miró la muerte de cerca.
A pesar de todo, el verdadero impacto para el europeo ocurrió años después, durante el 2011, cuando estaba contratado en Lotus Renault y durante la pretemporada decidió participar en el Rally Ronde di Andora a bordo de un Skoda Fabia.
Dicha elección arruinó su carrera, ya que durante la competencia se salió de la carretera, chocó contra un guardarraíl metálico y el impacto fue tan brutal que la valla atravesó el auto por su lado, penetrando la cabina y golpeando directamente su brazo derecho.
El resultado fueron múltiples fracturas en dicha extremidad, además de la mano y la pierna, por lo que fue trasladado al hospital en helicóptero para una cirugía de siete horas, donde permaneció en estado crítico mientras le reconstruían los nervios, tendones y huesos.
Por lo ocurrido quedó fuera de Formula 1 y su traspaso a Ferrari se cayó, mientras él permaneció durante años en rehabilitación, corriendo campeonatos menores para recuperar movilidad ya que incluso estuvo cerca de perder el brazo.

Afortunadamente, la vida le daría una tercera oportunidad de sellar su historia con un increíble regreso, tras volver a F1 con Williams 8 años después. Una historia de superación y resiliencia.
¿Qué otros casos recuerdas de grandes regresos al asfalto?