F1 es una pasión que trasciende las fronteras del deporte desde muchos ángulos, no sólo en niveles de entretenimiento, sino en la creación de ídolos y modelos a seguir.
Ya sea en películas, libros o hasta canciones, el mundo del motor se expande para dejar su herencia cultural, principalmente gracias a sus embajadores, esos pilotos que cruzan la línea de meta y son capaces de popularizar su rostro, oculto detrás de la fortaleza de un casco.
Aquí algunos de los ejemplos más contundentes de leyendas no sólo en el volante, sino en la sociedad.
Ayrton Senna, el segundo O’Rei
Quizás el nombre más famoso de todos sea el del brasileño nacido el 21 de marzo de 1960, una figura elevada exponencialmente tras su trágico deceso en las pistas a los 34 años.
Originario de Sao Paulo, Magic Senna llegó a compartir apodo con Pelé, y se convirtió en su heredero al trono como estandarte nacional gracias a su éxito con McLaren y un carisma innegable.
Su cercanía con el pueblo provocó que más de 3 millones de personas salieran a la calle para presenciar su entierro, muchas de ellas conmovidas por la fe católica que siempre procesaba.
Documentales, películas, estatuas, museos, referencias en videojuegos, cascos amarillos y murales son algunos de los elementos para mantenerlo vivo.
Su vínculo con la música también fue muy estrecho, principalmente con artistas como Guns and Roses, Phill Collins, Queen, Pink Floyd y Tina Turner, quien le dedicó una canción.
Tampoco hay que dejar de lado su impacto social y filantrópico, principalmente mediante el instituto que lleva su nombre, creado con la fortuna que dejó tras su muerte, y que apoya la educación de millones de niños en su país.

Michael Schumacher reconstruyó una marca
Considerado por muchos como el más grande piloto de todos los tiempos gracias a su dominio absoluto, el alemán lograría lo imposible: extender su hegemonía desde las 4 ruedas hasta la vida cotidiana.
Su presencia ayudó a rescatar a Ferrari cuando la escudería estaba en crisis, lo que le valió una infinidad de patrocinios con marcas como Mercedes, Nike y Shell.
Schumi también se abrió paso en la industria de los videojuegos y las caricaturas; se convirtió en inspiración para futuros ídolos, apoyó causas tanto sociales como de educación, y convirtió al color rojo en sinónimo de fuerza para todos aquellos que recordaban su automóvil o su casco.
Dueño de una fuerte y polémica posibilidad que inspiró a toda su patria, el teutón se convirtió en un mito aún más grande tras su lamentable accidente, una de las muchas partes de su vida narradas en el documental de Netflix que se estrenó sobre él en 2021.

Kimi Raikkonen es ídolo por su autenticidad
Un auténtico orgullo nórdico que con apenas 23 carreras en categorías menores obtuvo su superlicencia.
Campeón del mundo en 2007, se hizo acreedor al apodo de Iceman gracias a su sangre helada aún en los momentos más críticos, un rasgo característico que le valía para correr como una bala.
Un piloto de escasa conversación al que poco le importaba la aprobación de los demás, pero con un ácido sentido del humor y una imagen de tipo rudo que lo convirtió en el vikingo de las pistas.
Algunos de sus momentos más recordados ocurrieron en fiestas sobre yates tras haber abandonado en plena carrera, pero este bad boy también fue reconocido como un auténtico personaje viral, dueño de memes, frases famosas, momentos bizarros y diseños extravagantes.

Daniel Ricciardo, ícono por su alegría
Destacado como una de las caras más divertidas en el mundo de Formula 1, este dueño de tardes memorables a bordo de su vehículo, popularizó los adelantamientos arriesgados y las frenadas tardías, movimientos propios de un temerario.
Apodado como The Honey Badger, el australiano se ganó el cariño de todos gracias a un caracter extrovertido y sonriente.
Además de su amabilidad, se destacó por celebrar bebiendo champagne de su zapato, por tener un semblante desenfadado, por ser embajador cultural de su país en el mundo, y por su aparición en la serie Drive to Survive, ganando el mote de “Mr. Netflix”, además de ser el rostro de diversas marcas de ropa y bebidas.
Por si fuera poco, es común verlo en diversos podcasts y eventos fuera del automovilismo.

Lewis Hamilton y sus causas sociales
Víctima de racismo durante su infancia, Hamilton representa la lucha de la comunidad afroamericana y la persistencia por parte de una familia para verlo triunfar hasta lo más alto.
Con un palmarés envidiable, Lewis se ha destacado como un auténtico activista, que utiliza todos los medios posibles para concientizar sobre la igualdad de derechos, el medio ambiente y el cuidado de los animales.
En el mundo del entretenimiento ha aparecido en películas como Cars 2 y 3, también fue productor ejecutivo del documental The Game Changers, y hasta colaboró en una canción con Christina Aguilera bajo el sinónimo de XNDA.
Durante 2018 lanzó su línea de ropa en colaboración con Tommy Hilfiger, y es embajador de diversas marcas y asociaciones, además de establecer una comisión especial que busca involucrar a los jóvenes en el automovilismo a través de materias como ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Por último, es el piloto activo de Formula 1 con más seguidores en Instagram: 40 millones, el doble de su más cercano perseguidor.

James Hunt, el príncipe encantador
Oldie but goldie. El coequipero de Niki Lauda fue representado en la película “Pasión y gloria”, interpretado por Chris Hemsworth.
Su larga melena rubia y ojos azules lo hicieron muy popular entre el público femenino, por lo que se convirtió en un playboy del Paddock, famoso en la prensa rosa debido a sus constantes fiestas y romances con diversas modelos y celebridades.
Un verdadero rockstar que bien pudo ser el quinto Beatle. Su carácter impulsivo le provocó muchos choques con directivos, rivales y figuras de autoridad, pero nada de esto apagó el brillo de Hunt the Shunt, todo un símbolo de irreverencia y autenticidad que popularizó la ropa extravagante, para muestra su icónico parche de “Sex – Breakfast of Champions” que se vende hasta nuestros día.

Fernando Alonso y su peso en la cultura
Después de frenar a un titán como Michael Schumacher, el español desató la Alonsomanía, religión conformada por miles de admiradores.
De carácter mucho más templado, pero con una actitud a prueba de todo, su versatilidad lo convirtió en un trotamundos que circuló por Le Mans, IndyCar y Dakar, incrementando la admiración hacia su figura.
Su tatuaje de samurai es una filosofía de vida adoptada por sus seguidores, que lo etiquetan como uno de los deportistas más importantes en la historia de España, al mismo nivel que Rafael Nadal o los campeones del mundo en Sudáfrica 2010, por lo que su trascendencia, más allá de quedar atrapada en las pantallas o las marcas, se ha extendido a lo más importante: la memoria y el corazón de su pueblo.

¿Con cuál de estas figuras te quedarías tú?