‘Bien hecho, Max, manejaste con mucha madurez’.
Ese fue el mensaje con el que Christian Horner, director del equipo Red Bull, felicitaba a su joven piloto Max Verstappen luego de colocarse en un magnífico segundo puesto detrás de Kimi Räikkönen en el Gran Premio de Estados Unidos, celebrado el pasado fin de semana en Texas.
Una situación muy distinta a la edición 2017 de la justa tejana: el año pasado, los comisarios decidieron que acababan de ver a Bad Max poner las cuatro ruedas más allá de la línea blanca para rebasar al Ferrari de Räikkönen. Por tanto, lo relegaron del tercero al cuarto puesto, convirtiéndolo en Sad Max.
Entonces, ¿las palabras de Horner del domingo pasado significan que el holandés, quien cumplió 21 años apenas hace tres semanas, ya creció y encontró su verdadera identidad? Porque cuando Max Verstappen llegó a la escena de la F1 en 2015, parecía que las carreras de Gran Premio no tenían solo un nuevo piloto, sino varios.
El adolescente holandés polarizó las opiniones en forma tan radical que era comprensible que los seguidores de la F1 no supieran exactamente con quién estaban tratando, ¿con el Dr. Jekyll o con Mr. Hyde? ¿O acaso con el mayor talento que ha surgido desde los tiempos de Senna y Schumacher?
Basta con echar un vistazo a las experiencias de Max en México. En 2016, Verstappen terminó tercero, pero fue degradado del podio incluso antes de subir, y los aficionados mexicanos pudieron ver a un auténtico Mad Max.
Un año más tarde, en 2017, México finalmente pudo conocer a Glad Max, cuando el Autódromo Hermanos Rodríguez le dio a Verstappen su tercera victoria en la F1.
“Por supuesto que es muy especial el ambiente en México con tantos aficionados”, dijo. “Son súper apasionados de la Formula 1 y sin duda es un gran podio, en el que considero que debí haber estado desde el año pasado pero que me perdí en el último momento”.
Lewis Hamilton ganó su cuarto título mundial ese día, por lo que estaba de un ánimo espléndido. “Red Bull estuvo genial el día de hoy, muchas felicidades a Max”, declaró Hamilton. “De verdad que es la estrella joven más fulgurante que hemos visto en un buen tiempo”.
Menos de seis meses después, Hamilton y Verstappen tuvieron un encontronazo en el Gran Premio de Bahrein 2018, y el campeón se mostró menos diplomático. No podemos imprimir el apelativo tan explícito que Lewis usó para referirse a Max, pero la respuesta del piloto de Red Bull no se hizo esperar.
“Es muy fácil culpar al piloto más joven”, replicó, “esa es la única manera en que puedo interpretarlo. No hay ninguna razón para que yo cambie nada”. Su compañero de equipo de Red Bull, Daniel Ricciardo, podría no estar de acuerdo.
Dos carreras después de Bahrein, en Azerbaiyán, Ricciardo vio mermadas sus aspiraciones por las paradas en boxes y se encontró detrás de Verstappen. El australiano hizo todo lo posible por recuperar su lugar, pero Verstappen cerró la puerta y terminaron chocando.
El director del equipo, Horner, no estaba tan contento ese día y les dio a sus dos pilotos una reprimenda a puerta cerrada. Pero como lo demostró Austin la semana pasada, él es el primero en defender a su joven prodigio. “Es un corredor puro”, dice sobre Verstappen, y es ahí donde empieza la comparación con Senna.
En los años ochenta, los rivales debían plegarse a la voluntad de Ayrton o atenerse a las consecuencias, pues el brasileño ya dejaba entrever ese rasgo de personalidad que es el sello distintivo de un ganador nato. ¿Determinación? ¿Implacabilidad? O un accidente en potencia…
Así se sintió Räikkönen cuando Verstappen tuvo a bien probar sus frenos delante del piloto de Ferrari al inicio del Gran Premio de Bélgica de 2016. “Si las cosas no cambian”, opinó Kimi, “un día va a ocasionar un accidente enorme. No me molesta correr con agresividad, limpiamente, pero eso no está bien”.
Este año ya tuvimos ocasión de ver a Glad Max en Austria. Luego de abrirse paso para superar a Kimi en la primera vuelta, Verstappen administró sus llantas y su carrera para reclamar su cuarta victoria, la primera desde México el año pasado.
Así es que prepárese: ¿será Mad, Bad, Sad o Glad Max al que veamos esta vez?