Mal haya. El público lo esperaba, los rivales ni se diga y la marcha de la temporada en sí, lo agradece en todo lo que vale.

Había que ver y comprobarlo también, en el sentido de que los autos de Mercedes AMG están hechos por la inteligencia humana y en cuanto a que son conducidos por hombres, entonces, por lo mismo: son dados a la falla, por su naturaleza intrínseca.

Era excesiva la dominación, la que, como toda tiranía tiene que caer más temprano o poco después. El golpe hasta el suelo ha sido clamoroso. Por eso, no es de extrañar que se quiera pensar en un sabotaje, que corran las teorías de la conspiración y que hasta se imagine que hay un complot. Nada.

Todo el que gana queda expuesto a la derrota.

Estar en el lugar y en el momento, además bien armado, siempre ha sido la explicación más obvia cuando los frutos caen en charolas de plata. Red Bull escribió en un lapso muy breve una historia llena de brillo dentro de la categoría de la más alta gama de competición y por lo que se ve: aun no se fatigan en su búsqueda de la excelencia.

Otra cosa y no menos importante, ha sido la lectura tan atenta que han hecho de la refriega Daniel Ricciardo el ganador y Max Verstappen, segundo en el podio.

Ni pensarlo dos veces: los terceros damnificados se encuentran en el equipo de los amores de los idólatras: Ferrari. A los rojillos de Maranello les ha ido de la cachetada en este viaje al sur de Asia.

Sebastian Vettel tiene una largada descompuesta y golpea contra Nico Rosberg, pero su carro italiano queda sin un brazo. Out. Restaba con resuello el bueno de Kimi Raikkonen que no hizo, sino actuar como un honorable invitado de piedra, nada más, viendo de lejos las acciones inmejorables de los dos pilotos de Red Bull y al final, sucumbiendo ante la superioridad innegable de Rosberg que se recuperaba a todo trapo de los puestos de abajo por la caída en la primera vuelta, y que como pudo, salvó los muebles.

La moraleja es que luego de un periodo con tanta victoria y tan fácil, se tiene la tendencia a ver la realidad con neblina, de manera que nada más se miran las propias narices.

Tanto Hamilton como Rosberg se han creído inmunes, ya que han navegado a sus anchas en los tres años recientes. El aviso es grave y ostentoso: sus problemas para pasar a ser como el resto de los competidores, comienza girando la factura que da aviso del principio del fin.

Eso no quiere decir que no serán campeón y vice-campeón al final del curso.

Pero, tendrán que sacrificar su actitud imperial que los hacía creerse tan panchos ¿Qué hay que esperar? Que Nico use la calculadora y cuide sin timidez, su ventaja de 23 deliciosos puntos hasta el final del torneo. Lewis, tendrá que llamar a toda la juventud de su pasado para recuperar la hegemonía. Claro que se puede que cada uno logre su propósito, pero sólo lo hará aquel que se clave más decidido: trabajando con tesón y sin dar tregua, porque la fortuna y los rivales los acechan filosos.

Uno será el uno, y el otro el dos. Sin remedio.

Importante en otro tenor: no se descuide destacar la buena cosecha que ha conseguido Sergio Pérez al largar desde el séptimo cajón y terminar como el sexto. Que sumado al octavo lugar que logra su colega en Force India, Nico Hulkenberg, les permite quedar por encima de Williams; ahora, con tres puntos más. Valtteri Bottas al servicio de los de Grove, ha sido quinto.

Inmejorable resultado obtienen los corredores de McLaren con sus motores Honda que tanto demoraron en ponerse a la altura. Es un magnífico antecedente para llegar al GP de Japón, el domingo que viene, con la cara lavadita. Fernando Alonso termina séptimo y Jenson Button, el noveno.

Sin soslayar un comentario que entrará a la memoria. Button acabala sus 300 Grandes Premios lo que lo coloca, como el tercero más persistente en la historia de la Fórmula 1. Sólo detrás de Rubens Barrichello (con 323) y de Michael Schumacher (307).

En 21 días más, vendrá el GP de los EUA.

Y a final de mes: la F1 esta de todos. Un Grand Prix mexicano inmenso te espera.

Felicidades a ti y a la gran mayoría de aficionados que ya tienen sus boletos consigo.

Haya paz.

Fotos: Sutton Images.