*Ganar un Gran Premio es una de las primeras metas de los pilotos, pero conseguirlo no siempre deja un buen sabor de boca.
Uno de los mayores sueños que tienen los pilotos que logran formar parte de una parrilla de salida del Campeonato Mundial de Formula 1 es ganar un Gran Premio. Su vida ha girado en ello por los pasados 15 años (al menos), sin embargo, para algunos la victoria se ha convertido en un momento agridulce.
No poder celebrar debido a un deceso o una tragedia es algo pocas veces visto; pero también el festejar, y después enterarse de que había sucedido algo terrible, es algo que ha sucedido en la Formula 1.
Aquí, algunas historias que forman parte de la máxima categoría y que nos demuestran que, al igual que las monedas, los Grandes Premios tienen dos caras.
Gran Premio de México, 1962.
Después de ser parte del equipo que luchó, negoció y consiguió que la Formula 1 disputara una carrera en México, Ricardo Rodríguez estaba listo para defender su casa, el entonces Autódromo de la Ciudad de México.La máxima categoría visitaba la capital mexicana en una ronda no puntuable para analizar la viabilidad de incluirla como fecha oficial el próximo año. En las pruebas del jueves 1 de noviembre, Ricardo salió a la pista en búsqueda de cerrar el día en primer lugar, pero un fatídico accidente en la curva Peraltada enlutó al deporte nacional.
Sin embargo, como el joven Rodríguez hubiera querido, se disputó el primer Gran Premio de la Ciudad de México, y tras ser penalizado, entrar a pits, y cambiar de auto con su coequipero Trevor Taylor, el británico Jim Clark consiguió la hazaña de vencer por vez primera en México. La victoria obviamente fue amarga, al perder a uno de los pilotos más importantes y talentosos del momento, y de quien se esperaba, fuera un campeón mundial.
Gran Premio de Imola, 1994
Quizá la carrera más célebre entre las trágicas rondas de esta lista. Michael Schumacher había dominado los dos primeros Grandes Premios de la temporada (Brasil y Pacífico) en el Benetton Ford, sin embargo, Ayrton Senna había hecho una vuelta perfecta en calificación para colocarse en la pole position.La historia de ese 1 de mayo en el Autódromo Enzo y Dino Ferrari ha sido contada en artículos, libros y se han hecho programas especiales y hasta documentales. El accidente de Ayrton en la curva Tamburello golpeó no sólo a Williams y la Formula 1, sino a millones de personas en Brasil y el mundo. La muerte de Senna es uno de los sucesos que más marcó a la categoría.
Pero no fue la única tragedia en ese fin de semana. El jueves 28 de abril, un camión del equipo Pacific Racing se incendió, dejando a dos de sus trabajadores muertos; el viernes 29 Rubens Barrichello tuvo un espectacular accidente en el Jordan, que le hizo perder el conocimiento y resultó en fractura de nariz y del brazo derecho; y el sábado 30, Roland Ratzenberger se estrelló en el Simtek en la curva Gilles Villeneuve a más de 300 km/h, para perder la vida.
Por eso, el triunfo de Michael Schumacher es uno de los más amargos en la historia, al menos para los fans de Rubens, Roland y Ayrton, pues el alemán celebró en lo más alto del podium, como si se tratara de un triunfo regular.
Por esos festejos hubo miles de críticas, a lo que Schumacher respondió que no fue informado de la muerte del brasileño.
Gran Premio de Italia, 1961.
Monza, llamado “El Templo de la Velocidad”, siempre ha sido uno de los trazados más demandantes para los pilotos. El alemán Wolfgang von Trips peleaba por el título mundial de pilotos contra su coequipero Phil Hill y en Italia dio un paso sólido en sus aspiraciones al conseguir la pole position.Sin embargo, apenas al cerrar la vuelta 2, von Trips perdió el control de su Ferrari tras tocar con el Lotus de Jim Clark al acercarse a la Parabólica. El monoplaza de von Trips salió disparado hacia los espectadores, provocando la muerte de 13 de ellos y la del propio Wolfgang. La carrera no fue detenida y Hill resultó ganador, seguido de su compatriota Dan Gurney y de Bruce McLaren.
Para Hill fue una de las carreras más desgarradoras, pues no sólo perdió a uno de sus mayores rivales en pista, sino a su coequipero y amigo. Esa temporada Phil se alzó con el campeonato.
Gran Premio de Japón, 2014.
Una de las carreras con un final trágico más recordadas de nuestra era. El tifón Phanfone golpeó el área de Suzuka, dejando mal clima y una pista totalmente mojada, por lo que los 22 monoplazas tuvieron que arrancar con llantas especiales para esas condiciones, 20 minutos después de lo programado, esperando que la lluvia cesara.La carrera se desarrollaba con altas estelas de agua provenientes de las llantas traseras de los autos, y la lluvia comenzó a caer de nuevo, con mayor intensidad. Fue en el giro 41 cuando el Sauber de Adrian Sutil salió de pista y se fue a estrella contra un muro de neumáticos. Los oficiales decidieron no colocar en pista al auto de seguridad, y únicamente frenaron el paso de los autos con doble bandera amarilla.
Los oficiales metieron una grúa para retirar el auto del alemán, y entonces se presentó la tragedia. El talentoso joven Jules Bianchi perdió el control de su Marussia a 213 km/h, en la vuelta 42 y se impactó directamente contra la grúa.
La carrera fue detenida con bandera roja en la vuelta 46, determinando a Lewis Hamilton como el ganador, seguido de Nico Rosberg y de Sebastian Vettel. Por respeto a Bianchi, Lewis y sus acompañantes no destaparon la tradicional champaña en el podium y no hubo mayor celebración. Jules pertenecía al programa de desarrollo de Ferrari y se veía en él a un futuro campeón mundial. Desde 1994, con la pérdida de Ayrton Senna, no se presentaba un accidente que arrebatara la vida de un piloto, pues aunque Jules sobrevivió para ser trasladado a un hospital, las heridas provocadas finalmente cobraron factura, el 17 de julio de 2015.
Desde su fundación, en 1950, la Formula 1 ha tenido 32 Grandes Premios con alguna fatalidad. Y aunque el dolor por la pérdida de pilotos, oficiales, mecánicos y aficionados no se calma con nada, esos sucesos han servido para fortalecer las medidas de seguridad en autos, pistas y gradas, hasta tener la serie con la cual contamos en la actualidad.