* Las superficies de cada pista ofrecen diferentes tipos de resistencia, rugosidad y adherencia, lo que afecta la durabilidad de las distintas clases de compuesto de los neumáticos.
Uno de los mayores atractivos del Campeonato Mundial FIA de Formula 1 es el correr en diferentes tipos de circuito en el mundo. No sólo por sus trazados, sino por el tipo de pavimento que ofrecen, y con él, diferentes retos para los pilotos y equipos.
Trazados permanentes, semipermanentes y callejeros conforman el diverso escenario de la Formula 1 en el mundo, y cada diseño ofrece un tipo de superficie distinto. Así, el asfalto de las calles de Las Vegas es diferente al del autódromo de Monza, la composición de Japón contrasta con las calles de Mónaco, o el de polímeros del Autódromo Hermanos Rodríguez con el de Bakú.

Para entender la afectación de cada pavimento sobre los distintos compuestos de las llantas es necesario recurrir a la física. Una superficie más rugosa generará más energía con el torque de cada máquina. El girar de los neumáticos creará un desgaste en el material, y con ello, una afectación a la durabilidad del neumático. Entre más rugoso, mayor desgaste. Entre más liso o suavidad, menor desgaste.
Existen diferentes tipos de asfalto, pero los más utilizados en las pistas de carreras son: Convencional (Hot Mix Asphalt, HMA); Alta Fracción; Poroso; y Modificado, principalmente.
El más común en las pistas de Formula 1 es el HMA, que consiste en derivados del petróleo, grava y arena, unidos por un ligante asfáltico (generalmente betún). Este asfalto se mantiene unido en una sola capa y es muy raro que sufra degradación a corto plazo. Sin embargo, requiere de mantenimiento a mediano y largo plazo.

El de Alta Fricción tiene materiales abrasivos o aditivos en su mezcla, lo que ofrece una mayor adherencia, tanto en el frenado, como en las curvas. Si bien ayuda a la adherencia, ofrece un mayor desgaste para los neumáticos, creando las llamadas “canicas” que se forman a los lados de la línea ideal.
Al ofrecer mayor adherencia, los equipos tienen que colocar neumáticos con compuestos más rígidos, lo que altera las posibles estrategias en carrera.
El asfalto Poroso está creado para lugares con lluvia. La mezcla asfáltica cuenta con una estructura de poros, que permite la filtración del agua hacia la base y la sub-base, para evitar los encharcamientos y el ‘acuaplaneo’. Los autos de Formula 1 cuentan con neumáticos lisos, para obtener mayor adherencia al contar con una mayor área de contacto, en contraste con las llantas acanaladas que se utilizan para “desagüar”.
Una vez que la pista se seca, los equipos cambian a llantas para seco, y el piso poroso ayuda a evitar charcos fuera de la línea ideal, para que el agua no forme una película entre el piso y el neumático, haciendo que el auto pierda el control.
Finalmente, los trazados más jóvenes o con remodelación, utilizan asfalto Modificado, que es una mezcla enriquecida con aditivos como polímeros (como el que existe en el Autódromo Hermanos Rodríguez), caucho reciclado, fibras o aditivos químicos.
Esta mezcla reduce su fatiga, y con ello su mantenimiento. Soportan temperaturas extremas y suelen ofrecer buena filtración
El FORMULA 1 GRAN PREMIO DE LA CIUDAD DE MÉXICO 2025 Presentado por Heineken ofrece un asfalto de última generación de polímeros, con “Binder”, “Base Course” y homologado grado 1 por la FIA, siendo un referente a nivel mundial.

Los circuitos con mayor cantidad de “canicas” fuera de la línea ideal (como los callejeros), cuentan con una superficie más rugosa, ruda para los neumáticos; mientras que las pistas renovadas, como el Autódromo Hermanos Rodríguez, es menos agresivo con los neumáticos y de esa forma permite una mayor variedad de estrategias en pits.