Por tercera vez en el año consigue clavar otra PP el “tetra” alemán. Deja detrás de sí a su gran rival, Hamilton. Sebastian consigue vencer y convencer en la pista. Bottas y el dueto de Red Bull, se apostan enseguida de los dos contrincantes estelares. Raikkonen, yerra en su último intento.

Un sábado con rachas de viento medio locas en las calles de Bakú es el anuncio de una carrera que va a ser sensacional. Debido a la promesa de una resurección ya evidente de los Ferrari que ha permitido someter al campeón reinante, Lewis Hamilton, que es lo que destapó en esta tarde el frasco de las esencias.

Es sabido y recontra sabido todo sobre la ferocidad del inglés, quien es capaz de desplegarla como pocos –cuando quiere recuperar el terreno perdido– basta con recordar aquel final de la temporada en 2016, en el cual se le escapaba Nico Rosberg, y cómo fue que ganó las cuatro carreras del final de la campaña, seguidas, en un ataque vertical desatado sin miramientos; que por cierto, no le alcanzó.

Lo que ha vuelto muy vivaz a la actual campaña es lo que viene haciendo Sebastian Vettel con su Ferrari rojo; sabedor de que tiene un coche competente como para volver a ser monarca del orbe, y que lo tiene que secundar con una labor como las de los neurocirujanos, ganando milímetro por milímetro y a cada instante seguido del otro, para hacerse con esas diferencias minúsculas que lo lleven a su gran objetivo: la quinta corona mundial. Algo que es posible que suceda.

El Gran Premio de Azerbaiyán puede constituirse en una etapa muy alentadora para que así sea.

Las tres mangas en disputa fueron peleadas. En la primera, quedó eliminado Romain Grosjean con su Haas porque se desbordó hacia fuera de una de las escapatorias y ya no regresó, debido a que la caja de velocidades se había deschabetado.

Mala pata también lo ocurrido a la pareja de Toro Rosso, que por poco sufren un alcance entre sí, de este modo quedaron fuera: Brendon Hartley y Pierre Gasly. Otro tanto ha pasado a Marcus Ericcson de Sauber; así como a Stoffel Vandoorne, porque su McLaren papaya no pudo esta vez con el compromiso.

Eliminados en la Q1

Segundo envite con mucha emoción ya que por poco se quedan fuera Daniel Ricciardo de Red Bull y Kimi Raikkonen en el otro Ferrari, algo que hubiera sido imperdonable porque traen cabalgadura como las mejores.

La situación apremiaba a seleccionar los neumáticos ideales para el diseño de las estrategias y, absortos en ello, cometían errores al dar sus giros lanzados: el piloto de Australia apurado, apenas si logró un registro para quedar como el décimo. El finés, por su lado, se echó un trompo que pareció definitivo para apearse en esta instancia, pero in extremis salvó la dificultad.

Con la eliminación de Lance Stroll y Sergey Sirotkin con sus Williams; de Fernando Alonso en el McLaren que había sobrevivido; igual que de Charles Leclerc sobre el Sauber y Kevin Magnussen, en el Haas restante, se posibilitó que los tres mejores equipos, acompañados de los Force India y la pareja de Renault fueran en busca de la Cuerda para la Largada.

Eliminados en la Q2

Lo ya visto hacía suponer que Hamilton volvería a las andadas y sería el mero-mero. Si Raikkonen se había repuesto, eso significaría que con el potencial enseñado, hasta hubiera podido ser el más veloz.

El tipo de trazado daba ciertas chances a los de Red Bull. A Valtteri Bottas nunca se lo puede descartar. Y de los invitados de última hora, pudiera ser que un gallito les cantara con la sorpresa a los mejores, porque Bakú es una caja de estupores.

Pero no. La categoría de la melcocha se impuso.

Vettel bordó con hermosura y vértigo los dobleces tan cerca del Mar Caspio y hasta pareció una verdad como para locos: pero es cierto que los carros de Ferrari puedan estar ya para las grandes fechorías. De modo que el mejor, en estos momentos, fue quien se salió con la suya.

Llegan a la Q3

Hay una regla no escrita en la Fórmula 1: cuando los de Maranello brillan, la competición se vuelve refulgente. Miles y miles de tifosos en el mundo lo respaldan. Sí. Esos enfermos del mal colorado – del caballito que relincha– que son tan pacientes, fieles y desmesurados. Son ellos quienes por décadas le han puesto el sabor al caldo.

Sebastian se ha distinguido, en el mejor momento, para colocarse como el favorito de la prueba de mañana. Nada se ha ganado, hasta que no se gane el cuarto Grand Prix de la temporada.

Su tiempo de 101.498 segundos, que le tomó el giro definitivo de hoy (con brecha de 0.179 de segundo sobre su acérrimo contrincante) no supera a lo que marcó Lewis en 2017. Ya que lo anterior visto, fue de 100.593 segundos.

Pero señoras y señores, por favor: no se puede comparar esta ciudad en El Cáucaso cuando es un 25 de junio a pleno sol como en el año previo, con este tiempo ventoso, presente, de los finales del mes de abril.

La largada va ser espectacular. Cuente con que Nico Hulkenberg de Renault, pagará una penalidad de cinco puestos más abajo, porque han cambiado su caja de marchas.

Mucho tienen por entregar los pilotos de Force India en la que se espera, que sea la carrera que Sergio Pérez le está debiendo a su público mexicano. Un podio del tapatío no es un sueño guajiro. Ya lo consiguió en 2016. No es descabellado una repetición de la hazaña ¿o sí?

Que haya mucha suerte para los veinte lebreles es el deseo de la buena afición que siempre está en espera de las carreras fenomenales ¡Claro!

Las posiciones finales para el arranque de mañana, con penalizaciones aplicadas, quedan de la siguiente forma:

Fotos: Sutton Images